lunes, 24 de septiembre de 2007

¿Que es "profesionalizar" al directivo público?

Parece que está de moda decir que hay que profesionalizar a los directivos públicos, dando por hecho que hoy no lo están, o no lo están suficientemente.
Sin embargo el tema ya viene de lejos: la ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado (LOFAGE) ya decía, allá por el año 1997, que "los titulares de los órganos directivos..." (Subsecretarios, Secretarios Generales Técnicos, Directores Generales y Subdirectores Generales) "... son nombrados atendiendo a criterios de competencia profesional y experiencia... siendo de aplicación al desempeño de sus funciones: la responsabilidad profesional, personal y directa por la gestión desarrollada y la sujeción al control y evaluación de la gestión por el órgano superior..." (Ministro o Secretario de Estado) "... o directivo competente..." (art. 6 apartado 10)
Precioso pero ¿Qué pasó realmente?
1.- En lo que se concretó ese seleccionar por competencia profesional, etc... fue en exigir que, salvo excepciones, hay que ser funcionario y de cuerpos superiores para ocuparlo. ¿De que cuerpo? Da igual: puedes ser Ingeniero de minas y ser DG de la Función Pública, puedes ser Inspector de Hacienda y Subsecretario de Sanidad...con tal de ser funcionario... pero en ningún sitio se requieren perfiles, competencias, capacidades... Así los políticos pueden nombrar a quien quieran. Un pequeño avance (antes ni había que ser funcionario)... pero qué pequeño.
2.- Los directivos tienen responsabilidad profesional, personal y directa por su gestión. Ya. ¿Alguien conoce que a algún directivo se le hayan fijado objetivos e indicadores personales? Creo que ni yo ni nadie, o por lo menos no son públicos... que es como si no existiesen.
3.- Sujetos al control de evaluación por los superiores. Ya. Si hay algo en lo que todo el mundo está de acuerdo en la AGE es que no se ha hecho NADA a este respecto. La productividad es un componente más y aquí nadie ha diseñado sistemas de fijación de objetivos, ni medición de los mismos.

Bueno, esto es lo que ha pasado con la LOFAGE. Ahora llega el EBEP. ¿Qué pasará? En otro comentario os cuento lo que yo creo al respecto.

viernes, 21 de septiembre de 2007

¿Por qué hace falta un Estatuto del Directivo Público Profesional?

Primero porque así lo establece el artículo 13 del Estatuto Básico del Empleado Público. Esta importante norma, prevista en la Constitución y, por tanto, pendiente desde 1978 (hay que recordar que en 1984 se aprobó una ley de "medidas urgentes" de reforma de la Administración que es la que ha estado en vigor hasta ahora) intenta configurar las bases de la AGE para este siglo y, entre otros aspectos, prevé que se regule el régimen específico de los directivos.
Pero, yendo al fondo del asunto, hace falta porque la situación actual es una vergüenza y una chapuza.
No existe ningun sistema profesional para que el mérito y la capacidad, la publicidad y la concurrencia, que deben regir la selección de los directivos de la AGE, se pueda cumplir. Todos sabemos que la selección se hace por círculos concéntricos de amigos, de colaboradores con los que has trabajado...pero que ni el que quiere seleccionar a alguien buscando al mejor ni el que quiere ser seleccionado pueden encontrase, porque la AGE no ha previsto sistemas serios y profesionales de movilidad.
Los puestos salen en el BOE cuando ya se ha encontrado al candidato (con sistemas tan sofisticados como llamar a tus conocidos y decirles "¿Conocéis a alguien para tal puesto?") o cuando éste lleva ya unos meses ocupando el puesto "provisionalmente". ¿A qúién vamos a engañar?
Pues esto y muchas cosas que diremos en este blog son las que están pendientes, las que el Gobierno debe impulsar, las que los directovos públicos exigimos y los ciudadanos necesitan para que la AGE sea bien dirigida y no de esta manera indigna y sin credibilidad.
No parece que los nuevos dirigentes del MAP tengan la menor intención de hacer nada en estos meses. ¿No podemos permitir esta parálisis?

jueves, 20 de septiembre de 2007

El Ministerio de Administraciones Públicas paralizado

Desde el cese de Jordi Sevilla el MAP parece muerto. Toda la hiperactividad de Elena Salgado se quedó en Sanidad y parece que a seis meses de las elecciones ha venido aquí a descansar. Nadie sabe cuales son sus planes, a qué se va a dedicar y de los temas "estrella" del final de la legislatura (estatuto del directivo público, evaluación del desempeño, nuevas agencias, etc...) no se ha vuelto a saber nada. ¿Será que de aquí a las elecciones sólo caben anuncios espectaculares tipo dentista para todos, dos mil euros por niño y alquileres a granel para ganarse al electorado y otras cosas relevantes para el servicio público tendrán que esperar?
La verdad es que desanima bastante ver cómo las prioridades políticas aparcan las prioridades del interés general.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Presentación

Al arrancar este blog lo primero que quisiera deciros es quién fue Sebastian Castellio y porqué lo he escogido como nombre de mi blog.
Sebastian Castellio fue un humanista que vivió en Francia y Suiza en el siglo XVI. Conocí de su existencia gracias a un maravilloso libro de Stephan Zweig, publicado en España como "Castellio contra Calvino". De toda su vida y obra lo que me atrajo fue su honestidad intelectual y su fortaleza interior al oponerse de manera individual, aun sin tener el apoyo de ningún grupo político, religioso o social, a Calvino, el hombre más poderoso de su tiempo por una cuestión de conciencia.
Su inmortal frase "Matar a un hombre no es defender una doctrina sino matar a un hombre" dicha en 1551 con motivo de la quema en la hoguera del español Miguel Servet es para mí una de las cumbres de la civilización occidental, uno de esos momentos estelares en que los europeos podemos apoyarnos para entender qué somos y qué es lo que ha hecho de Europa un espacio de tolerancia y libertad.
Su rebeldía, su decisón heroica, quizás sólo comparable a la de Tomás Moro ante Enrique VIII, de no ceder ante amenazas ni promesas si se plegaba a los intereses de los poderosos traicionando su conciencia, siguen siendo hoy un ejemplo para quienes quisieramos ser capaces de mantener honestamente nuestras opiniones sin traicionarnos por miedos a represalias o privilegios a obtener.
Aun que soy consciente del precio que se paga a veces por esta actitud, acabo esta presentación haciendo míos los versos de Quevedo que tan bien definen lo que me gustaría hacer en este blog: "No he de callar, no, por mas que con el dedo, silencio avises o amenaces miedo, ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Esta actitud y este espíritu, aplicado a cómo funciona nuestra Administración Pública, la Justicia, lo público en general (su papel, su responsabilidad...) es lo que espero que caracterice lo que escriba aquí.
Bienvenidos